Hoy, en nuestra sección de “caballos de película”, os vamos a hablar de una película para muchos desconocida: El Corcel Negro.
Una película que nos demuestra lo maravillosa que puede ser la relación entre el ser humano y los caballos.
El Corcel Negro, una película de 1979 con 2 Óscar
El Corcel Negro (‘The Black Stallion’) es una película lanzada en 1979, dirigida por Carroll Ballard y basada en la novela de Walter Farley. Producida por el gran Francis Ford Coppola, este film destacó por varias cuestiones. Por un lado, por su capacidad para contar una historia sin demasiados diálogos y, por otro lado, por una excelente fotografía y montaje, que le valieron un Óscar y un premio BAFTA.
La película está protagonizada por actores como Kelly Reno, Mickey Rooney (el cual se llevó el Óscar a mejor actor de reparto) o Terri Garr.
La amistad entre un niño y un impresionante caballo
La historia de El Corcel Negro narra como un pequeño de 10 años que viaja con su padre a Inglaterra en un barco, tras la Segunda Guerra Mundial. Es ahí donde el niño, llamado Alec Ramsey, queda totalmente fascinado por un caballo que se encuentra en el establo de la embarcación.
(Ya lo advertimos, las siguientes líneas desgranan la película)
El barco lamentablemente se hunde, quedando como únicos supervivientes en una isla desierta Alec y el propio caballo. Es entonces cuando nace una relación de amistad, que será el hilo conductor de la película.
Tanto Alec, como el caballo al que llama “Negro”, son rescatados de la isla por unos marineros y devueltos a Estados Unidos. Como nadie reclama al caballo, Alec decide quedárselo en el jardín de la casa donde vive con su madre.
Al ver que el caballo, como es natural, no se adapta a las condiciones de vida en una casa residencial, huye asustado a una finca. Ahí es donde Alec conoce a Henry Daley, un ex entrenador de caballos de carreras. Henry decide quedarse con el corcel en su establo, siempre y cuando Alec le ayudara en las labores de la granja.
Alec conseguirá que Henry le entrene como jockey de Negro, demostrando en poco tiempo la velocidad y resistencia del equino. Más aún, un reportero de un periódico, al conocer la historia, les ayuda a inscribirse en la carrera del Siglo de Santa Anita. Si recordáis, es la carrera de la que os hablábamos también en la película de Seabiscuit.
En definitiva, es una película que, por encima de todo, demuestra la confianza necesaria entre caballo y una persona paraqué sean finalmente una dupla increíble.
Un impresionante caballo árabe, tras el Corcel Negro
Como ya hemos comentado anteriormente, la raza de caballo de esta película -y libro- es un caballo árabe de pura sangre. Un excepcional caballo árabe de color negro.
Hace unas semanas, ya os hablamos de la raza de caballo árabe, donde se demuestra lo acertado de esta raza de caballo para la historia que se cuenta. ¿Por qué? Porque el caballo árabe es especial con el trato con los seres humanos. Tal es así, que es la única raza a al que se le permite correr con jockeys menores de 18 años.
Esta sensibilidad especial hace que el caballo pueda aprender con una rapidez inusitada, siempre y cuando se le trate con mucho cariño.
Unido a esta virtud se encuentran otras muchas, pues es un caballo con una tremenda resistencia y fuerza, le hace ser un caballo idóneo para carreras. De hecho, para carreras de alta resistencia es, sin lugar a dudas, el mejor ejemplar, debido a su estructura ósea, fina y delicada, a la vez de su resistencia a condiciones adversas.
En definitiva, en esta ocasión hemos escogido a un caballo de película que corrobora la sensibilidad de los equinos. De cómo el buen trato al animal hace que se convierta en nuestro mejor amigo. ¿Cómo no querer a los caballos si son un animal maravilloso?
Excelente artículo