Soy Pedro ¿En qué puedo ayudarte?

Hola soy Pedro, experto en nutrición equina, estoy a tu disposición para resolver cualquier consulta que tengas acerca de la alimentación del caballo.

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    Si la cantidad de pienso que está comiendo el caballo es la adecuada, (entre 750 gr y 1 kg de pienso por cada 100 kg de peso vivo) lo recomendable es cambiar de pienso a una gama más energética. La razón es que si aumentamos mucho la cantidad de pienso estamos obligando al aparato digestivo a esforzarse más lo cual puede llevarnos a digestiones más largas, más pesadas con el riesgo que eso conlleva, e incluso a que no sea capaz de digerir toda esa cantidad de cereal y por tanto no absorba los nutrientes de manera adecuada.

    El cereal por excelencia más usado históricamente en alimentación equina, por su aporte energético, ser rico en fibra, su calidad, su seguridad y su elevada palatabilidad es además el más digestible de todos “en crudo”. Tanto es así que no existe ninguna diferencia en cuanto a la digestibilidad tanto si es en crudo como si se procesa. Ese cereal es la AVENA.

    Cuando se habla de dar kgs de forraje o de pienso, se refiere a cantidades por día. Sin embargo por las características del aparato digestivo de esta especie, su tipo de digestión, sus características anatómicas, etc…, esas cantidades es muy recomendable repartirlas en varias tomas. El número de tomas habrá que valorarlo en función de otras variables como puedan ser el tipo de instalaciones, la disponibilidad de tiempo etc… pero se recomienda que sean al menos 3 veces al día con un mínimo de 2 veces, siempre acompañado de forraje y asegurandonos que tenga acceso a agua limpia y fresca.

    Hay dos grandes diferencias entre un pienso y una mezcla de cereales:

    La primera es que la mayoría de los cereals “en crudo” son poco digestibles para el aparato digestivo de un caballo que al no ser rumiante no puede digerir bien la cutícula (película exterior del grano) de muchos de los cereales. En el caso de los piensos, bien sea por la granulación, o por presentar el cereal en forma de copos, la cutícula se rompe trasformando el cereal en digestible para un caballo. La segunda gran diferencia es que dejando los cereales a un lado, los piensos aportan vitaminas, minerales, aminoácidos, oligoelementos y otros ingredientes que no tienen los cereales por si solos y que el caballo necesita sobre todo en el caso de realizar alguna práctica deportiva.

    Sí. Sólo hay que hacerlo correctamente. En el intestino de los caballos existen grandes cantidades de bacterias de diferentes especies muy beneficiosas, que le ayudan a hacer la digestión entre otras funciones de protección, absorción, síntesis de nutrientes, etc… En el caso de los animales además esa flora está muy especializada porque al comer todos los días una ración muy similar, las poblaciones de las diferentes bacterias alcanzan un equilibrio muy estable.

    Si el cambio de alimentación lo realizamos de manera brusca podemos romper ese equilibrio y entonces podríamos tener algún problema. Sin embargo si el nuevo alimento lo vamos introduciendo paulatinamente de manera progresiva, la población bacteriana intestinal se va acostumbrando y en pocos días (4-5 días) está perfectamente adaptada al nuevo alimento sin ocasionar ningún problema.