Beneficios de los aceites vegetales en el pienso para caballos

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A la hora de elaborar una dieta sana y equilibrada para nuestro caballo, es importante conocer cómo funciona su organismo y cómo metaboliza y aprovecha ciertos ingredientes. Y es que lo que hace un tiempo se consideraba normal e incluso beneficioso en la alimentación equina, como proporcionarle al caballo un gran aporte de almidón o melaza como principal aporte energético, se ha revelado como una práctica alimentaria bastante mejorable. Entre los estudios publicados en los últimos años, destaca especialmente el del Animal Health Trust, que fue capaz de demostrar los beneficios de los aceites vegetales en el pienso para caballos y su importancia como fuente de energía alternativa al almidón.

Y es que, gracias a este estudio, hoy en día sabemos que la interacción entre el equilibrio justo de aceites vegetales y almidón en el aparato digestivo del caballo hace posible que el animal, una vez digeridos los nutrientes, obtenga la energía que necesita de la grasa proporcionada por los aceites en lugar de quemar glucógeno procedente del almidón almacenado en sus músculos. Al no usarse para los esfuerzos del día a día, el glucógeno se reserva y el caballo sólo lo usa en caso de tener que realizar un esfuerzo inesperado o extraordinario. Así, se ha podido observar que los caballos cuya dieta diaria incluye aceites vegetales rinden más y mejor en alta competición, por ejemplo, que los que obtienen la mayor parte de su energía del glucógeno.

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Otro beneficio del uso de aceites vegetales en la dieta equina es la mejora de su digestibilidad. La glucosa y almidones se encuentran presentes en la melaza y los cereales, ingredientes que en general tiene un muy bajo nivel de digestibilidad por parte del caballo. La melaza, en concreto, no tiene ningún aporte nutricional; se limita a mejorar el sabor y el aspecto del pienso para que los caballos se lo coman mejor, pero sólo les aporta palatabilidad y calorías vacías.

Los cereales, por otro lado, son difíciles de digerir por parte de los caballos, pero hasta hace no mucho se consideraba a los cereales como una fuente energética importante por su aporte de almidón. Hoy sabemos que no es recomendable ofrecerle al caballo más de 2-4g de almidón por kilo de peso vivo en cada comida, y que si superamos esa cantidad podemos provocarle trastornos digestivos, gases e incluso desestabilizar la flora intestinal hasta el punto de favorecer el desarrollo de cuadros graves de infosura o laminitis.

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Este último punto es importante porque, como sabrás, la infosura o laminitis es una de las enfermedades más temidas tanto por parte del caballo, quien experimenta muchísimo dolor al sufrirla, como por parte de su cuidador, quien sabe que curar una laminitis no es tarea fácil. Los expertos veterinarios y nutricionistas equinos muestran consenso a la hora de considerar que la sobrealimentación del caballo o un exceso de almidón y/o azúcar en su dieta son factores de muy alto riesgo para un posible desarrollo de laminitis, y que por tanto uno de los beneficios de los aceites vegetales es prevenir en el caballo el desarrollo de este tipo de enfermedades.

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En resumen, los beneficios de los aceites vegetales en el pienso para caballos son numerosos y muy patentes: por un lado, estos aceites contribuyen a generar reservas de grasa que mejoran el rendimiento del caballo a todos los niveles; por otro lado, mejoran la digestibilidad de su dieta; y, finalmente, ayudan a prevenir enfermedades equinas graves, como la infosura o laminitis.

Si tienes dudas sobre qué pienso es más recomendable para tu caballo, ten en cuenta que todos nuestros piensos están elaborados con la proporción justa de aceite vegetal de palma y limitan la presencia de melaza y el aporte de almidón.

Imágenes | Avisa, e-Comex Plus, Pixabay, Cailà & Parés.

*Advertencia. El artículo de EquusLine.es muestra opiniones y recomendaciones del equipo profesional de Agroveco, no son diagnósticos. Para cada caso o problema particular, os recomendamos que contactéis con un profesional que haga el diagnóstico “in situ”.

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