Los caballos se habitúan mucho mejor al frío. Seguro que muchos de vosotros ya lo sabéis. Por eso, el verano es una estación tremendamente complicada para nuestro amigo equino, por lo que necesita un cuidado especial.
Esto se debe, principalmente, a que el caballo es de sangre caliente. Por lo tanto, el calor del verano le crea diversos problemas que nosotros debemos de subsanar.
En EquusLine somos muy conscientes de esto. A las puertas de estos meses, creemos que es importante revisar todos los cuidados necesarios para un caballo en verano y que vamos a ver a través de este artículo.
Tal y como adelantamos, en verano el caballo sufre una gran deshidratación y se cansa mucho. Además, en esta época hay mayor afluencia de insectos que pueden ser muy molestos para nuestros caballos e incluso, provocarles alguna infección. Por eso, ¡estad atentos!
La hidratación
Cuando el calor aprieta, necesitamos más agua. Esto es una obviedad que en el caso de los caballos es mucho más notable. Para ello, debemos de dejar al caballo acceso total al agua que necesite. Como siempre, esta agua debe de ser fresca y limpia, atendiendo especialmente a la higiene de los bebederos automáticos.
De igual modo, la temperatura del agua es también importante, por lo que habrá que poner atención al acceso de los bebederos. La temperatura ideal del agua que prefieren los caballos está entre los 10º y 14ºC. ¡Por cierto! Hay que tener en cuenta también que, con la sudoración, el caballo pierda sales minerales. Te aconsejamos que consultes con el veterinario para aportar algún complemento.
Otra forma de mantener la correcta hidratación de nuestro caballo en verano es humedeciendo el heno del que se alimenta. De esta manera, se hidrata mientras se entretiene. Ya sabemos lo que le gusta a los caballos disfrutar pacientemente de la comida ;).
Duchar a un caballo
Hidratar, de forma externa, a nuestro caballo, le ayudará también a pasar por esta época de calor. Ahora bien, hay que saber cómo duchar a un caballo, sobre todo si ha terminado de hacer ejercicio recientemente. Así, duchar sin más a nuestro caballo y de golpe puede ser perjudicial. Se debe de hacer una vez haya dejado de sudar y empezando de forma suave para que no note un cambio brusco de temperatura y que podría afectar a su sistema músculo-esquelético.
Podemos empezar por las extremidades del caballo, para luego seguir con riñones y dorso con una esponja húmeda y que así se aclimate de forma paulatina.
Un ambiente fresco, la mejor solución
La temperatura corporal de un caballo es alta. En concreto, la temperatura normal de un caballo está entre los 37º y 38ºC. Por eso, el calor extremo le afecta tanto. Además de la hidratación, es fundamental que se sienta en un ambiente fresco. Si está en el exterior, es conveniente que tenga espacios con sombras donde pueda estar más fresco. De igual manera, cuando está en el establo es conveniente que en los pasillos haya algún tipo de ligera corriente que renueve el aire de forma constante.
Libres de insectos
La afluencia de insectos durante los meses calurosos es mucho mayor. Pueden ser no sólo molestos para el caballo, sino que les puede generar diversos problemas como la dermatits estival.
Mantener a los insectos fuera del alcance de nuestro caballo es una obligación, pues pueden llegar a ser tremendamente molestos. Para que esto no suceda, hay que estar atentos a diversas cuestiones.
Por ejemplo, si los caballos tienen acceso a agua en lagos, pequeños ríos, lagunas, etc. el animal no deberá de acercarse durante el amanecer y anochecer a estos lugares, debido a que es el momento en el que mayor cantidad de insectos hay durante el día.
En los establos, se debe de mantener una correcta limpieza del entorno, al mismo tiempo que se puede prevenir colocando rejillas para evitar el paso de los mosquitos, así como la colocación de plantas que repelen los mosquitos o de insecticidas, entre otras medidas.
Ejercicio
El calor afecta intensamente a los caballos y, sobre todo, a su ejercicio. En verano, los caballos se agotan mucho antes, al mismo tiempo que les cuesta recuperar la energía. Por eso, en verano el caballo tiene que reducir la intensidad de su trabajo. En condiciones normales, deberá de hacer la mitad e esfuerzo que en el resto de meses del año.
Recordad todos estos puntos a la hora de cuidar a vuestro caballo en verano. Tened en cuenta que nuestro amigo equino es especialmente sensible al calor y atendedle lo mejor que sepáis. Estamos seguros de que os lo agradecerá ;).
*Advertencia. El artículo de EquusLine.es muestra opiniones y recomendaciones del equipo profesional de Agroveco, no son diagnósticos. Para cada caso o problema particular, os recomendamos que contactéis con un profesional que haga el diagnóstico “in situ”.