Como distribuidores de piensos para caballo que somos, en EquusLine, siempre nos hemos preocupado por la mejor alimentación del equino, manteniéndoos informados sobre diferentes pautas que puedes beneficiarle en su desarrollo o en su bienestar.
Seguro que lo habías comprobado anteriormente si eres un asiduo a nuestro blog, viendo por ejemplo cuáles son los principales errores en los que podemos incurrir al dar de comer a nuestro caballo.
Pues bien, para concienciaros de la importancia de la alimentación del caballo, en este post os vamos a hablar de algunas de las enfermedades que se pueden derivar de la mala alimentación.
La alimentación, clave en la prevención de estas 4 enfermedades
Así, podrás comprobar que buena parte de la prevención de diferentes enfermedades del caballo residen en la alimentación, al igual que puede ser la higiene y el control periódico por parte de un veterinario. ¡Vamos a ello!
El haba en caballos
Vamos a empezar este repaso sobre las enfermedades vinculadas con la alimentación con una de las cuales no habíamos hablado todavía. Se trata del haba, también conocida como java. Estamos hablando de una inflamación del paladar duro y encías que se produce en el arco superior de los incisivos. Es decir, hablamos de una palatogingivitis que dificulta al caballo en el proceso de masticación.
La causa de esta enfermedad reside en la ingesta de forraje de mala calidad. Forraje demasiado fibroso o espinoso el cual se incrusta en el espacio interdental de la dentadura del equino. Para paliar esta enfermedad, se recomienda cambiar el forraje evidentemente y administrar antiinflamatorios para que dicha inflamación remita.
Cólico equino
Ya os hemos hablado en concreto del cólico equino y es que se trata de una enfermedad gastrointestinal que puede llegar a generar graves problemas en el caballo, incluso la muerte. Como bien sabéis, el caballo tiene muchos problemas digestivos, debido a que tienen un intestino de gran largura y un estómago de pequeñas dimensiones. Muchas veces, el cólico está relacionado con los errores de nutrición, derivados de con la calidad y cantidad en la ingesta de comida.
En este sentido, el desequilibrio dietético, ya sea por escasez o por exceso, puede llegar a generar el cólico, así como el exceso de alimentos ricos en proteínas, energía o cuya fibra sea poco digerible. La cantidad de tomas diarias de comida también es fundamental. El caballo debe de comer al día muchas veces y no una “de tacada”. Paliando estos errores alimentarios, es mucho más probable que nuestro amigo no padezca esta enfermedad.
Laminitis equina
Otra de las enfermedades que puede generar la mala alimentación es la laminitis, conocida también como infosura y de la que también os hemos hablado en profundidad. Un problema generado en los cascos, por lo que muchas veces sorprende que estén relacionados. Se produce al verse interrumpido el riego sanguíneo en las láminas de su casco, provocándole graves problemas de movilidad.
La enfermedad de la lamiinits es derivada de una mala alimentación, ya que los cambios de metabolismo afectan a los cascos, por lo que es necesario evitar trastornos digestivos en la dieta del animal. Otro de los problemas viene de la sobrealimentación del caballo, ya sea por el propio sobrepeso que le puede generar, además de por el exceso de diferentes nutrientes, como son el almidón o el fructano. Evitando estos problemas alimentarios, tendremos mucho ganado, aunque no es la única causa de esta enfermedad, ya que un traumatismo o una lesión en el casco mal curada también la puede provocar.
Enfermedad equina del lunes
Hace muy poco que os hablamos de la enfermedad equina de los lunes, conocida como rabdomiolisis o azoturia. Una enfermedad que de forma esporádica muestra síntomas de agarrotamiento muscular. En los casos muy graves, el caballo puede perder la capacidad para moverse con soltura.
Al igual que sucede con la laminitis equina, el exceso de almidón en la dieta puede ser uno de los condicionantes que hace que aparezca esta enfermedad, así como otros carbohidratos. Otro punto importante para paliar en lo posible su aparición es la de dosificar las ingestas de comida. Al igual que la alimentación, hay que revisar también el ejercicio que realiza el animal, sobre todo tras un parón de varios días, para lo cual la intensidad se tiene que incrementar de forma gradual.
Como has podido comprobar, la mala alimentación puede contribuir a generar enfermedades de todo tipo a nuestro caballo y en diferentes partes de su cuerpo. ¡Cuídalo y te lo agradecerá!
*Advertencia. El artículo de EquusLine.es muestra opiniones y recomendaciones del equipo profesional de Agroveco, no son diagnósticos. Para cada caso o problema particular, os recomendamos que contactéis con un profesional que haga el diagnóstico “in situ”.